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domingo, 13 de abril de 2014

LAS CUATRO COPAS DE PESAJ






El precepto de las cuatro copas de vino, que se beben en el Seder, es una ordenanza rabínica que la Torá no exigía originariamente. La acción principal del evento está en comer. La cena de Pesaj no es un hecho mundano, sino una comida de mitzvá, por lo que la Torá nos exige que comamos ciertas comidas en particular, como son el sacrificio de Pesaj, la matzá, el maror, para cumplir con el precepto.



Pero en la mesa también se debe beber, si bien la bebida es secundaria con respecto a la comida. Y asi como la Torá estableció que se debía realizar una comida de mitzvá, los Sabios fueron un poco más allá y decretaron que también debería haber una "bebida de mitzvá": las cuatro copas de vino. Y ese acto de beber tampoco debería ser como el de todos los demás días.

El Midrash Rabá (Shemot cap. 6) enseña que las cuatro copas de vino corresponden a las cuatro expresiones de redención:
Por lo tanto diles a los hijos de Israel: "Yo soy el Eterno y os libraré de los trabajos forzados en Egipto y os salvaré de la servidumbre y los redimiré con brazo extendido y con grandes castigos. Y os tomaré como pueblo Mio. (Shemot 6:6).

Detengámosnos un instante a analizar estas cuatro expresiones, que son de gran profundidad. Ya dijimos muchas veces que los israelitas fueron sometidos de tres maneras: 1) Al ser extranjeros, 2) Al ser esclavos, 3) Al ser torturados, donde cada aflicción es peor que la anterior.

Por eso, una vez que Hashem llegó para redimir a Israel, en primer lugar los libró de las torturas de los egipcios, luego los salvó de la servidumbre y el dominio, y finalmente, los redimió, poniendo término a su calidad de extranjeros. Pero si bien todos esos actos pusieron fin a la relación negativa con Egipto, no causaron en si nada positivo, hasta qué... "os tomaré como pueblo Mio". Asi Israel se convierte en la nación de Hashem.

Las cuatro expresiones de redención también pueden entenderse desde una perspectiva diferente. Ya mencionamos que los israelitas fueron dominados desde todos los niveles y en todos los aspectos. Pues bien: todo el mundo sabe que el hombre está compuesto de cuerpo y alma.

Esas son las dos partes fundamentales del hombre. Pero además de esas dos partes, existe un tercer aspecto, que es la combinación unificada de ambas partes. Si bien, en cierto sentido, la combinación no es más que la suma de las partes, en realidad constituye un ente por si mismo.

Pongamos por ejemplo el caso de una casa. Las partes de la casa son los ladrillos, la madera, etc. Pero todas esas partes juntas amontonadas no hacen una casa. La forma de la casa, que depende del ordenamiento y la combinación más adecuados son, en cierta forma, un tercer aspecto del asunto. Unicamente cuando esas partes se disponen del modo adecuado, la casa puede llamarse "casa".

Se desprende que la forma de un objeto está separada de sus partes. Por eso decimos qué el hombre está compuesto de tres componentes: un cuerpo, un alma, y la esencia de hombre, que resulta de la combinación de los dos primeros.

No obstante, todo esto se aplica al ser individual, no al aspecto social (o nacional) del hombre. Eso seria un cuarto concepto. Este aspecto general, si bien está compuesto de muchas partes individuales, obviamente contiene atributos que están ausentes en las partes. Dijimos que los egipcios trataron de dominar a Israel en todos sus aspectos. Desde el punto de vista del cuerpo, el versículo dice:

"Os libraré de los trabajos forzados en Egipto"

Es el cuerpo el que sufre esta carga. Pero un cuerpo fuerte capaz de soportar una carga muy grande no necesariamente produce un obrero hábil o diestro. El burro, por ejemplo, tiene un cuerpo muy fuerte, que puede soportar una carga muy pesada, pero no se puede decir que el burro sea un animal activo o despierto. Dichas cualidades no pertenecen al cuerpo, sino al alma, en relación a la cual el versículo dice:

"Os salvaré de la servidumbre"

... refiriéndose al trabajo rápido y activo que hacia que sus almas también sufrieran el dominio. Sin embargo, la frase...

"Os redimiré"

... se aplica a la esencia de la persona, en que cuerpo y alma se hacen uno. La esencia no puede hallarse bajo el dominio de un tercero, pues algo tan sofisticado y tan elevado debe ser libre e independiente. Por eso Hashem redimió la esencia de Israel.

En relación a la idea de Israel como nación, que es el cuarto aspecto, el versículo dice:

"Os tomaré como pueblo Mio"

Vale decir que es Hashem quien unifica a Israel como nación, tal como se explicó en otra parte.

Volvamos ahora al tema de las cuatro copas. Debemos saber que algunas de las implicaciones del Exodo son directas e inmediatas, mientras que otras son a mayor alcance. Las implicaciones inmediatas, fundamentales y básicas, corresponden a las mitzvot básicas: Pesaj, matzá y maror. Por otro lado, las implicaciones a largo alcance corresponden a un aspecto más elevado, el cual, a su vez, corresponde a las cuatro copas de vino. El cuatro es superior al tres, y el acto de beber es más refinado (menos material) que el acto de comer. Lo líquido es más refinado que lo sólido, en especial el vino, que es una bebida etérea y aromática.

Las cuatro copas de vino representan las cuatro expresiones de redención, y en cierto sentido, estas expresiones son superiores a la redención en sí, la cual está representada por las tres mitzvot básicas.

La matzá, por ejemplo, simboliza la redención en si. Pero la expresión "Os redimiré" tiene que ver con la esencia de la redención, antes de que la redención tuviera lugar en la realidad, y esto es superior a la redención misma. Las cuatro expresiones indican que Israel jamás volverá a ser subyugada, pues Hashem prometió que los redimirá, y los hará Su pueblo. Y la promesa de Hashem es aun más elevada, más significativa y más eterna que la redención en sí.

La redención representó el comienzo, el nacimiento, no la perfección esencial que llega recién al final. Pero las cuatro expresiones de redención si representan la perfección esencial, y en ese sentido también son superiores a la propia redención.

Y es que la Torá escrita suele referirse únicamente a hechos concretos y fundamentales. En cierto sentido, es una limitación, y de hecho ha habido muchos filósofos que critican dicha característica. Para ellos es algo primitivo y de un nivel inferior. Sin embargo, debe comprenderse que la cualidad de concreción de la Torá escrita es además fuente de gran poder, pues es muy difícil negar o adulterar algo concreto. Lo concreto es convincente y causa un gran impacto en el individuo.

Por otro lado, la Torá oral (incluyendo las ordenanzas rabínicas) suele tratar temas distantes, de largo alcance. Obviamente esto constituye una debilidad, pues los temas de la Torá oral son abstractos y difíciles de encarar. Pero, por otro lado, también tiene sus ventajas. Pues la Torá oral, a diferencia de la escrita, puede abarcar los aspectos elevados e intangibles del Exodo, mientras que la Torá escrita debe confinarse a los aspectos concretos únicamente.

Pongamos por caso un terreno, y el mapa de ese terreno. El terreno es un objeto real y concreto, que posee objetos tridimensionales, como las montañas y las casas. Sin embargo, el mapa no es más que un dibujo (representación del terreno) bidimensional, que puede considerarse irreal e imaginario. Pero justamente allí es donde radica el gran poder del mapa. Gracias a él, podemos cubrir las grandes distancias, advertir los obstáculos que nuestros ojos no alcanzan a percibir y organizar gran información. Si sólo estuviéramos limitados a la vista concreta, no podríamos percibir todo eso.

Por eso corresponde que las mitzvot de la Torá escrita conmemoren los aspectos reales concretos y tangibles del Exodo, en vez de los aspectos más abstractos y abarcadores. Sin embargo, las cuatro expresiones de redención sí apuntan a estos aspectos más amplios del tema. Y los Sabios de la Hagadá conmemoran dichos aspectos por medio de las cuatro copas de vino. Esas copas, como ya se dijo, son menos tangibles que la comida en si, y por lo tanto, representan los aspectos menos tangibles pero más abarcadores del Exodo, que las mitzvot de la Torá escrita no podian conmemorar.

Y con ese fin se elige el vino, precisamente, en virtud de sus poderes embriagadores, los cuales nos demuestran que se trata de una bebida con propiedades especiales. Además, se trata de una bebida etérea y aromática, completamente alejada de lo concreto y lo tangible. En ese sentido, los Sabios enseñan:

La palabra iain ("vino" en hebreo) tiene valor numérico de setenta, igual que la palabra sod ("secreto"). Esto nos enseña que cuando entra el vino, salen los secretos.

El vino se encuentra oculto dentro de la uva, por lo que guarda una relación muy estrecha con los objetos abstractos, que son ocultos e invisibles. El vino afecta nuestras partes más íntimas, haciendo que los secretos mejor guardados salgan a la luz. Por eso los Sabios emplean el vino para representar los aspectos ocultos, esotéricos y de mayor alcance del Exodo.

La razón por la cual decretaron cuatro copas en particular tiene que ver con la misma idea. Ya dijimos que el mundo natural es un mundo múltiple, compuesto de muchísimas partes, mientras que el mundo nivdal superior es un mundo unificado.

Por eso, cuando los objetos sobrenaturales del nívdal ingresan en nuestro mundo, deben fragmentarse en un espectro de facetas separadas. Y el cuatro es la expresión fundamental de dicha fragmentación (según Rabí Akiva, es el cinco, no el cuatro). Por esa razón, estas copas de vino, que simbolizan los aspectos más elevados de la redención y la intervención de lo nivdal en la naturaleza son cuatro específicamente.

Dos de las copas de vino preceden la comida, y las otras dos se beben después de la comida. Como estas copas son superiores a la comida en si, la rodean. Siempre lo más elevado rodea e incluye al núcleo del que ha surgido.

La Mishná, en el último capítulo de Pesajim, dice lo siguiente:
Entre esas copas, si quiere beber, puede beber. Pero entre la tercera y la cuarta copa, no puede beber.
Y la explicación es que puede beber entre la copa 1 y la 2, y (asi mismo) entre la copa 2 y la copa 3; pero no entre la copa 3 y la copa 4. Si tomamos en cuenta estas copas asociadas al tema de la redención, comprendemos el edicto. La tercera expresión de redención es "Os redimiré con brazo extendido", y la cuarta es "Os haré Mi pueblo".

Es muy evidente, y la Torá lo menciona en repetidas ocasiones, que Di-s redimió a Israel por la única razón de ser su Di-s.

Por eso no se puede beber (o hacer una interrupción) entre la tercera y la cuarta copa, que son las que corresponden a estas dos expresiones. El mismo principio explica también el misterio del Tefilin: por qué el cuarto párrafo no tiene sangría, sino que está conectado al tercer párrafo. Por ahora no diremos más que eso.

El Midrash Rabá (Bereshit cap. 88) enseña:
"Y la copa del Faraón estaba en mi mano, y yo tomaba las uvas y las exprimía en la copa, y después puse la copa en la palma del Faraón... En el término de tres dias.. nuevamente pondrás la copa del Faraón en su mano" (Bereshit cap. 40). De este párrafo se derivan las cuatro copas del Seder.

Dice Rabí Huna en nombre de Rabí Buna: Las cuatro copas corresponden a las cuatro expresiones de redención.

Dice Rabí Shmuel bar Nahamani: Corresponden a las cuatro veces que es mencionada la palabra "copa" en el párrafo (del sueño del jefe de los escanciadores).

Dice Rabí Levi: Las cuatro copas del Seder corresponden a los cuatro imperios, Babilonia, Persia, Grecia y Roma.

Dice Rabí Yehoshua ben Levi: Corresponden a las cuatro copas de veneno que Di-s suministrará a los idólatras, según relata el profeta Yirmiyahu (cap. 25).

El significado de primer nivel de este Mídrash es el siguiente: el párrafo antedicho sirvió para que los Sabios decidieran la cantidad de copas (cuatro) a beber en el Seder. Al mencionar la palabra "copa" cuatro veces, se apunta al hecho de que el Faraón, o, para el caso, todos los reyes y los hombres libres, beben cuatro copas de vino cm la comida. Menos de cuatro no sería suficiente. Más de cuatro resultara excesivo, pues se emborrachaban, y los hombres verdaderamente libres no se emborrachan. Así como el acto de comer debe expresar la idea de libertad, también la bebida debe apuntar a lo mismo. Y las cuatro copas resultan la cantidad adecuada para ese fin.

La opinión de Rabí Huna, que asocia las cuatro copas a las cuatro expresiones de redención, ya fue explicada más arriba.

Rabí Levi conecta las cuatro copas con los cuatro imperios. Esto puede entenderse desde distintas perspectivas, pero la siguiente perspectiva es de una gran profundidad y validez: ya mencionamos muchas veces que este mundo no es un mundo de perfección, y, por lo tanto, las naciones del mundo no podían ser perfectas.

Pero no está bien que Hashem, Que es perfecto, Se asocie a un mundo imperfecto. A fin de establecer una asociación con este mundo, Hashem tuvo que hacer una excepción a la regla. Si bien la perfección no pertenece a este mundo, de cualquier modo El decidió perfeccionar a una sola nación: Israel.

Esa nación se convirtió en Su porción, y El Se asoció a ella, tal como la Torá menciona en repetidas ocasiones. Todas las demás naciones, a su vez, se habían de asociar a Israel, y de ese modo, un mundo que era básicamente imperfecto e inferior podría alcanzar la asociación con el Di-s perfecto.

Hashem puso en efecto ese plan en Pesaj, pues ese día de redención, Israel se transformó en el pueblo de Hashem. La comida del seder y el acto de comer matzot conmemoran la elección y la perfección de Israel.

Asimismo, el acto de beber las cuatro copas de vino en el Seder indica que los cuatro imperios de la antigüedad, a pesar de no ser perfectos, también podían asociarse a Hashem, a través de su conexión con Israel.

El principal aspecto de esta comida, tal como dijimos, es la comida, no la bebida, y la comida simboliza a Israel, que es la principal nación de todo el mundo. Pero junto con la comida debe haber bebida, no obstante no deja de ser secundario. Los imperios antiguos, a pesar de ser secundarios con respecto a Israel, deben llegar junto con Israel, y de ese modo todo el mundo se encontrará bajo el dominio directo de Hashem.

FUENTE: TORA.ORG / (por el Maharal de Praga, selección extraída del libro "Memoria del Exodo", (c) Ediciones Lev Moshe)

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