RECHAZEMOS EL ISLAM BAJOMEDIEVAL Y DE ESPADA CONQUISTADORA
EL PROBLEMA DEL ISLAM
El Islam, como religión, adolece de un problema de base irresoluble: el mismo Corán, fuente del mismo, es un libro extremadamente violento que obliga a su cumplimiento de manera estricta, so pena de ser considerada cualquier interpretación del mismo como un acto contrario a las palabras del profeta y por tanto un acto de apostasía, que es penado con la muerte física del transgresor.
Esto sitúa al Islam dentro de lo que podemos calificar con precisión dentro de lo que conocemos en Occidente como una secta destructiva. Por otra parte, es también una religión que pisotea derechos básicos recogidos en la Declaración de los Derechos Humanos, como es el mismo derecho a la vida o el de la igualdad entre todas las personas independientemente de su raza, credo o sexo.
Quienes son sus primeras víctimas son los propios musulmanes. Esas personas que han nacido casualmente en su seno, como nosotros mismos. Esas personas que han crecido en un ambiente en el que ese estricto seguimiento del Corán les ha condicionado toda su vida.
Por supuesto que, indiscutiblemente, existen buenas personas, y justas, dentro del mundo musulmán. Personas que viven su religión tomando lo que de bueno tiene, haciendo aplicación en su vida diaria de aquellas pautas de conducta o normas de convivencia que les ayudan a ser mejores. Porque no todo es malo en su libro sagrado.
Pero nos encontramos con que el Islam ha visto cortada su evolución intelectual por la imposibilidad de que sus textos puedan tener una interpretación diferente al significado literal que sus palabras contienen.
Por ejemplo… dentro del Judaísmo, la transgresión del Shabat (principio básico de la praxis judía) está penada en la Torah (el libro sagrado equivalente al Corán) con la muerte. Es decir, que aquel judío que no respeta el periodo de descanso absoluto que es el Shabat, es reo de muerte. Y ese es el texto literal que recoge.
No obstante desde hace miles de años el mismo Judaísmo ha hecho una interpretación de esas palabras. No se trata de que el transgresor deba ser ejecutado. Se trata de que algo dentro de él muere, parte de su alma pierde esa fuerza, esa fe, que le brinda la observancia de sus preceptos. Es, en pocas palabras, un empobrecimiento de su alma, una muerte de la misma.
Sin embargo, los textos del Corán no admiten ninguna matización, ninguna interpretación. Y aquel musulmán de se atreviese a plantear públicamente alguna opinión que pudiese plantear otro punto de vista más humano y menos restrictivo de las libertades básicas de la persona, inmediatamente sería ejecutado ya que sus palabras resultan ofensivas e incluso una negación de las palabras del profeta.
Por lo tanto, nos encontramos con que esa imposibilidad “genética” del propio Corán es lo que imposibilita su avance y desarrollo de manera conjunta a la sociedad que lo alberga. El Islam es hoy en día un compendio de normas a menudo crueles escritas en el siglo VII anacrónicas con nuestro tiempo pero que se imponen diariamente en la vida de muchas personas.
¿ES POSIBLE UNA REGENERACIÓN DEL ISLAM?
Para poder alcanzar una regeneración del islam, lo primero que debería hacer el mundo musulmán es crear los focos de cristalización en los que se empiece a plantear una necesaria interpretación del Corán, relegando a este a la condición de libro histórico en lugar del papel de libro sacrosanto que hoy ocupa en el Islam. Para esta tarea es imprescindible el apoyo de Occidente en todos los ámbitos en los que sea preciso.
Para esto será necesario que esos focos de nuevas ideas y nuevas interpretaciones de los textos sean capaces de aglutinar en torno a ellos al máximo número posible de seguidores. Personas que den el paso valiente de arriesgar sus vidas por el deseo de alcanzar una meta muy por encima de ellos… una nueva corriente dentro del Islam que sea capaz de integrar en ella a las personas de buena voluntad que existen en las sociedades musulmanas. Independientemente de las familias que hoy en día existen dentro del mismo. Por encima de ellas. Que no rompa con la anterior sociedad musulmana, sino que la enriquezca, le de nuevos objetivos y sea capaz de renunciar a ese mandato de conquistar todos aquellos pueblos que no sean musulmanes.
En Occidente debería darse el paso también valiente (por el riesgo que conlleva de sufrir actos de terrorismo) de reconocer exclusivamente a esta nueva rama del Islam como la única admitida a nivel oficial, declarando todas las restantes como sectas destructivas y contrarias a Derecho en nuestras sociedades. Y persiguiendo penalmente a aquellos que promuevan el proselitismo a las mismas. Privando de la nacionalidad a aquellos que insistan en seguir las variantes violentas actuales y devolviéndolos a los países de origen de sus ascendientes, aunque su nacimiento se haya producido ya en territorio europeo.
Sólo así, con medidas enérgicas y atrevidas, es como sería posible “limpiar” el Islam en Occidente creando una nueva versión del mismo que respete lo que de bueno tengan las anteriores y que permita una adecuación a los nuevos tiempos y a la evolución de nuestras sociedades.
¿QUÉ PASARÁ ENTONCES CON LAS ACTUALES FAMILIAS DENTRO DEL ISLAM?
Las actuales corrientes existentes dentro del Islam deberían quedar extirpadas en Occidente, reduciéndose su área de influencia a aquellos territorios orientales en los que hoy están presentes. Será necesaria una tarea de promoción del mismo de manera progresiva, ofreciendo a aquellas personas de buena fe una alternativa a la interpretación bajomedieval que hoy domina sus vidas. Pudiendo adoptar la postura nicodémica de aparentar seguir la imposición de que son víctimas pero albergando en su interior la nueva corriente de ese Islam liberador y conciliador.
Es tarea de decenios, e incluso de siglos. Pero es que el daño está arraigado de manera tan profunda que es imposible plantearse nada a un plazo menor.
Por supuesto que habrá muchas víctimas a lo largo de este proceso… quienes hoy dominan con mano de hierro el mundo musulmán no querrán perder sus prerrogativas ni su dominio del mismo. Y pretenderán exterminar a todos aquellos que para ellos supongan un peligro. Pero de la misma manera que en el Cristianismo hubieron matanzas y muertes que componen toda la iconografía de santos y mártires, ellos deberán pasar también por un proceso similar en aras de un futuro basado en los pilares del entendimiento, la convivencia y el respeto a los derechos y valores fundamentales de la persona.
¿ES POSIBLE HOY EN DÍA LA CONVIVENCIA ENTRE EL ISLAM Y EL RESTO DE RELIGIONES?
No. El Islam no entiende que pueda existir una visión espiritual diferente a la suya. Admite, con muchas reservas, la existencia de minorías dentro de sus sociedades en condiciones de sumisión. En las múltiples ocasiones en las que se procura un acercamiento entre las diferentes confesiones a nivel mundial, el Islam no aparece como la parte que se va a procurar integrar dentro del conjunto, sino como la parte diferenciada que pretenderá imponer su individualidad y, a la larga, el dominio del resto.
Pero sí que existen personas que dentro del Islam pueden servir como los anteriores focos de cristalización de que hablaba, esas personas que hoy sí que asisten a esos encuentros, que tienen amistad sincera y transparente con otras de diferentes religiones. Personas que, muchas de ellas, están amordazadas y que en la mayoría de las ocasiones comparan la libertad y fraternidad de las demás frente al oscurantismo y absolutismo del actual Islam.
CONCLUSIONES FINALES
El Islam, en su actual concepción, está fuera de lo que es admisible como norma de convivencia entre individuos.
El Islam, en su actual concepción, no tiene cabida dentro de la sociedad occidental y debe ser extirpado de la misma. Es fuente de guerras y de crímenes cometidos en el nombre de su dios y por lo tanto es incompatible con el resto de religiones.
El Islam necesita una renovación que debe ser promovida desde fuera del mismo mediante el apoyo a aquellos individuos que puedan servir como pilares de un nuevo Islam, que rompa con la concepción bajomedieval que hoy impera en las diferentes familias musulmanas.
Occidente debe adoptar posturas firmes en lo tocante a perseguir las actuales tendencias islámicas que basan su actuación en la conquista demográfica, en la aplicación de la Sharia y en el apoyo al terrorismo yihadista.
EPÍLOGO
¿Islam? SÍ… pero no, jamás, nunca, el actual Islam. Debe aprender a convivir con otros credos, y a aceptar la diversidad renunciando a la conquista del mundo
El respeto a la libertad de credo es algo que debemos tener presente en cada acto de nuestras vidas. No podemos, ni debemos, secularizar nuestras sociedades hasta el extremo de no considerar la religión como uno de los pilares básicos de socialización y de desarrollo personal de los ciudadanos.