El año 2001
Mustafa Maya Amaya, de 50 años, el presunto dinamizador de la célula de yijadistas , protagonizó un incidente muy sonado en Málaga, cuando la fiscalía de Málaga abrió contra él diligencias en octubre de 2001 por ocupar ilegalmente la mezquita de la calle de San Agustín junto con otro grupo de personas que colocaron en el tablón exterior del local un manifiesto protalibán. Unos días antes se habían producido los terribles atentados yihadistas del 11-S. En un documento que difundió defendía el uso del burka por las mujeres. El autor de la denuncia contra Maya explicó entonces que un marroquí que estaba de paso por Málaga en mayo de 2001 había denunciado que el presunto islamista le había golpeado por comentar que "los judíos también tienen derecho a vivir". Maya admitió entonces que había estado preso ocho años en la cárcel de Alhaurín por robo y narcotráfico, aunque aseguró: "Eso fue antes de rehabilitarme y convertirme al islam".
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