Copia parcial del artículo en DIARIO JUDÍO acerca judíos que ganaron los premios Nobel.
Premios Nobel Judíos 1905 -2009, de Peter Katz –publicado por el Centro Deportivo Israelita, gracias a la generosidad de la Fundación Metta Saade–, quisiera comenzar con un cuentito. Dicen que cuando Bill Gates anunció la candidatura al puesto de nuevo presidente de Microsoft Europa, llegaron cinco mil candidatos buscando el empleo. Entre ellos, Maurice Cohen, judío francés. Gates agradeció a los presentes y les pidió a todos aquellos que no estuviesen familiarizados con el lenguaje de programación Java que abandonaran el lugar. Dos mil aspirantes se retiraron. Maurice Cohen, que no conocía Java, titubeó pero decidió no moverse de su sitio.
Gates luego pidió que se retirasen aquellos que no tuviesen experiencia de gestión como líderes de equipos de más de cien personas. Otras dos mil personas salieron del gran salón. Maurice Cohen nuevamente se cuestionó a sí mismo: “Ya debería pararme porque no cumplo el requisito, pero… ¿qué pierdo si me quedo?”.
Bill Gates pidió entonces a todos los candidatos que no hubieran alcanzado un doctorado que se retirasen y quinientas personas más salieron del recinto. Maurice Cohen se sentía capaz de obtener el empleo y no estuvo dispuesto a ser filtrado. Sabía que no había completado siquiera una licenciatura, pero, para él, eso no era impedimento. Nunca había dejado de estudiar, y, por eso, se dijo nuevamente a sí mismo: “¿Qué pierdo si me quedo?”. Reflexionó: “Soy inteligente, tengo talento, imaginación y Gates no encontrará a nadie con más empeño y dedicación que yo”.
Por último, Bill Gates pidió a todos los candidatos que no hablaran serbio-croata que salieran del lugar. Fue la última desbandada: 498 personas se levantaron de sus asientos para salir. Maurice Cohen nuevamente se quedó. Se dijo a sí mismo: “Yo no hablo serbio-croata, pero…”. En su mente seguía barajando opciones, sólo para concluir con su letanía: qué pierdo si me quedo.
Eran ya sólo dos finalistas, todos los demás habían sido descalificados. Bill Gates se unió a ellos: “Parece que son los dos únicos candidatos que saben Java, han logrado grandes equipos de empleados, se han doctorado y pueden hablar serbio-croata. Me gustaría oírles conversar uno con el otro en serbio-croata.?
Con calma, Maurice se volvió al otro candidato y se animó a decirle:?”Baruj atá Adonai”. Sólo para escuchar la respuesta del otro candidato: “Elohenu Melej Haolam.”
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