GEDEÓN98
¿Es nuestra obligación buscar un mundo mejor en el que las personas puedan tener una vida digna? Por supuesto que sí.
Reproduzco a continuación un hecho de los que habitualmente no se hacen eco los medios de comunicación, demasiado enfrascados en manipular a la opinión pública ofreciendo la imagen de que más venda. Una opinión pública no desinformada, sino ignorante e inculta, que no sabe forjarse un criterio propio y separar lo falso de lo verdadero entre todo aquello con lo que se le bombardea.
El siguiente texto corresponde a una publicación llamada Iniciativa Debate, medio desconocido por mí pero que una persona muy allegada me ha remitido:
"Soy médico; cardiólogo, de esos que ponen muelles a los pacientes cuando sufren un infarto. Nuestro trabajo me encanta, pero recientemente salí del hospital un poco más triste que antes.
Un paciente que ya habíamos atendido previamente ingresó de nuevo con un segundo infarto y, al mirar sus arterias, encontramos que el stent, el muelle, implantado unos meses antes, se había trombosado, provocando un segundo infarto mucho más grave que el primero.
Mientras intentábamos reparar de nuevo su arteria enferma, nos aseguró que seguía tomando sus pastillas, pero la relación entre la trombosis de prótesis endovasculares y el abandono del tratamiento es tan alta que, ante nuestra insistencia, terminó por reconocer que lo había dejado dos meses atrás. La situación es muy sencilla: no tiene trabajo, cobra exclusivamente los cuatrocientos euros de la ayuda extraordinaria para desempleados y el tratamiento le costaba más de cien euros mensuales. Tiene mujer, sin empleo, y un hijo pequeño.
“O comemos, o tomo las pastillas”.
Allí mismo, este hombre se puso a llorar. Lágrimas silenciosas, sin aspavientos. Lloraba de miedo ante la proximidad de la muerte o de algo peor; pero, sobre todo, lloraba de vergüenza, de tener que mentir a su médico porque no se atreve a reconocer que no tiene suficiente para pagar el tratamiento que éste le receta.
Durante el último año, hemos visto esta misma situación en repetidas ocasiones. En demasiadas, creo. Nunca antes, en muchos años de ejercicio profesional, nos habíamos encontrado con algo así. Además, si todo se redujera al dinero, el gasto sanitario que supone una trombosis de stent supera en muchas, muchas veces el gasto farmacéutico del tratamiento complementario.
No es él quien tiene que llorar de vergüenza. No lo es."
FUENTE: Maximiliano Diego | Salud Diario | 11/04/2014 - Miembro de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Salamanca (ADSP)
Como se puede ver, la situación a la que está llegando uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, el español, es lamentable. Gestión deficiente, indiscutible corrupción a todos los niveles de manera que el coste real de los tratamientos se disparata por compras de dudosa integridad.
Como pequeña anécdota diré que en cualquiera de los hospitales españoles podemos encontrar máquinas de café con precios de 60 cts, cuando el coste en cualquier empresa es de 40 ó 45... teniendo en cuenta que nadie va a un hospital a tomarse un café por gusto, sino que se emplea por familiares que se encuentran en difíciles circunstancias, ese precio no debería superar el de las máquinas que se ubican en las empresas.
Si con la tontería del café se cometen esas desviaciones... ¿Qué no se hará con los grandes gastos hospitalarios, sobre todo en lo referente a consumibles e instrumentos como aparatos de radiología?
Sencillamente, esa medicación debería recibirla totalmente gratuita por debajo de unos ingresos familiares determinados; por supuestísimo la ayuda de 400 euros queda muy por debajo del mínimo que debería marcarse.
España es un país en el que se ha derrochado y se derrocha infinidad de caudales públicos en cosas absolutamente innecesarias. Es el precio por mantenerse en el poder.
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