Tehilim
Para el Director del Coro, un Salmo por David: Libérame del hombre 
perverso, protégeme del hombre de violencia que idea planes perversos en
 su corazón; todos los días ellos se reúnen para guerras. Afilan sus 
lenguas como una serpiente; el veneno de la araña está siempre bajo sus 
labios. Protégeme, Adonái, de manos del malvado, cuídame del hombre de 
violencia, aquellos que traman hacer tropezar mis pasos. Los arrogantes 
ocultaron una celada para mí, y sogas; tienden una red en mi sendero, 
colocan trampas para mí continuamente. Yo dije a Adonái: "(Tú eres mi 
Dios!" Oye, Adonái, la voz de mis súplicas. Dios, mi Señor, fortaleza de
 mi rescate, Tú resguardaste mi cabeza en el día de la batalla armada. 
No concedas, Adonái, los deseos del malvado; no concretes su plan, hazlo
 inasequible para siempre. En cuanto a la cabeza de quienes me acosan, 
que la falacia de sus propios labios los sepulte. Que caigan carbones 
ardientes sobre ellos; que los haga caer en el fuego, en fosas 
profundas, para nunca subir más. No dejes que el hombre infamatorio se 
establezca en la tierra; que la maldad del hombre de violencia lo atrape
 hasta derribarlo. Sé que Adonái librará el juicio para el pobre, 
justicia para el necesitado. Por cierto, los justos ensalzarán Tu 
Nombre; los rectos morarán en Tu presencia
 
 
 
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