Mundo musulmán

¿Israel fomenta complots internacionales?

 Es la prueba  de que los musulmanes y sobre todo los que los gobiernan no sirve para nada y son incapaces de hacer nada. No es un honor ser su chivo emisario , ni ser su peón , ni tener que confesar su estado de debilidad mental.

 No es el proceso de Israel el que debe de hacerse ,es el proceso del mundo musulmán el que se debe de instruir sobre su incapacidad de acceder al mundo adulto y de subir en el tren de la historia.

 El mundo musulmán es un enfermo, perturbado enormemente por confusión mental, sujeto a crisis recurrentes d paranoia aguda que sufre de alteración profunda de sus facultades de discernimiento,al que hay que declarar irresponsable de sus actos y hacerlo internar en un mega asilo  en un lugar del desierto ,porque es un peligro para él mismo y para la humanidad después.

 Capaz de arrastrar al mundo a una nueva matanza, a ellos que se bañan en sangre humana a diario , confiesan un verdadero culto a la muerte y cuyos sabios de su fe enseñan el canibalismo y como practicar la doble-muerte de la víctima, o sea crucificar-decapitar  o sea abatir y decapitar.

 Es más urgente que nunca poner al mundo musulmán en cuarentena y especialmente a sus dirigentes como medida de higiene pública y salubridad internacional. Hay que poner bajo tutela internacional a aquellos musulmanes que no estén enfermos.

 Su apasionada obsesión de regresar a vivir en el pasado que no es  su pasado,es el de sus colonos, con los cuales identifican como si fuesen sus padres fundadores, y hacer renacer de la memoria ruinosa de su historia un innoble pasado ilusorio y apócrifo encarnado totalmente ,también, por un pasado innoble de  antepasados imaginarios, es sintomático de una patología psíquica incurable.

...La vergüenza de  hacerse pasar siempre por víctimas del complot judío.

 La misma cantinela desde hace 1434 años y no se ha acabado.Fijados siempre en el siglo VII , cuando expulsaron a judíos y cristianos de Arabia. Su reloj está 1434 años atrasado del resto del mundo.

Salem Ben Amar