A derecha Guy Milliere.
¿Debo de decirlo? Estoy horrorizado pero , hélas, no estoy en absoluto sorprendido. Hay odio contra los judíos desde hace mucho tiempo en Belgique. Nunca desapareció, aún con las abominables colaboraciones cometidas en los tiempos del nazismo . Se vuelca contra Israel, las palabras de los ministros belgs , desde hace unos años, parecen estar redactadas por Hamas , no se necesita mucho para encontrar un anti israelismo de palabras abyectas y malos acentos.
Esas frases se han exacerbado por la numerosa presencia musulmana en todo el país en general, y en Bruxelles en particular. El barrio donde llegan los trenes procedentes de Paris ,Gare du Midi, se ha transformado totalmente en muy pocos años en una anexo de la Franja de Gaza.
Las encuestas aparecidas en la prensa belga muestran que más de la población belga musulmana de Bruselas detesta a los Judíos tanto que podría llegar a desear su muerte. No conozco ahora, mientras redacto estas lineas , si los asesinos son antisemitas de derecha o musulmanes. Pronto se sabrá. Lo que si conozco es que los titulares de la prensa francesa y belga están edulcorados. Las palabras asesinato y terrorismo no se pronuncian, se habla de "muertes" y de "tiroteo". La palabra antisemitismo no se usa más que citando fuentes judías.
No tengo necesidad de decir que esta edulcoración me repugna. Se banaliza el odio anti judío en Europa . Se está ya cerca del negacionismo.
Hay una total hipocresia. No se admite que el odio antijudío nunca marchó de Europa.
No se desea ver que la forma en la que se dan noticias de Israel está manipulada y deformada para que sea un útil de la propaganda anti judía. No se desea admitir que el odio anti judío es de la extema derecha , pero también de los musulmanes y, con el pretexto del "antisionismo" de la extrema izquierda.
No se quiere ver que Europa está enferma, muy enferma. la ceguera forma parte de su enfermedad. Yo estoy en Jerusalem , ahora, para hablar de la enfermedad que corroe a europa , en el marco de un coloquio organizado por el profesor Robert Wistrich de la Universidad hebraica de Jerusalem. No imaginaba que el coloquio tendría lugar junto a hechos tan abominables.Pero, hélas, no estoy sorprendido. No.
Es domingo de elecciones europeas. No voy a a votar por nadie. Me abstengo, cada vez me siento menos europeo.
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