Israel aceptó como interlocutor a un criminal llamado Yasser Arafat. Un criminal que en verdad no dejaba de ser una víctima más del odio... ¿Qué puede aportar a la paz con Israel aquel que ha sido educado y manipulado en un ambiente antisemita, de odio y de justificación de las acciones criminales contra judíos?
Posteriormente, el lugar como interlocutor de Yasser Arafar, a su muerte probablemente como consecuencia del virus VIH (virus presente en su sangre, hecho reconocido por su médico particular Ashraf al Kurdi), su puesto fue ocupado por Abu Mazen (¡perdón, Mahmoud Abás!). Otra víctima del visceral y salvaje odio palestino hacia los judíos, cuya enfermedad mental le hizo responsable, entre otras atrocidades, del asesinato de 22 muchachos de escuela secundaria a sangre fría... algo que le "honra" a los ojos de quienes le han votado y le aclaman diariamente.
Todos estos contactos empezaron en Oslo, auspiciados por unos Estados Unidos comprometidos con una paz que se veía a la vuelta de la esquina, inmerso como estaba el mundo entero en el feliz estallido de alegría que existió tras la caída del bloque formado por los países del Este, en Europa.
Los firmantes de dicho pacto fueron:
- Los citados Yasser Arafat y Mahmoud Abás, por parte palestina.
- El buen Isaac Rabín (Z"L) y Simón Peres, por parte israelí.
- Bill Clinton y Warreh Christopher, por parte de Estados Unidos.
- Andrei Kozirev, por parte de Rusia.
Existió un compromiso para alcanzar una paz duradera y constructiva por parte de todas las partes negociadoras... ¿Por parte de todas...?
Analizando a grandes rasgos, nos encontramos desde entonces con un permanente goteo de concesiones por parte de Israel. Desde la valiente y humanamente costosa cesión de Gaza a la parte palestina, pasando por sucesivas liberaciones de prisioneros responsables de asesinatos despiadados. Pasando por la permisividad en lo tocante a los suministros de electricidad y servicios básicos como la sanidad en casos de urgencia vital a las regiones bajo control palestino.
Por parte palestina... ¿Ha habido alguna aportación a este proceso encaminado a alcanzar la paz? ¿Han ofrecido algo por su parte como compensación de todo ello?
Sinceramente, yo espero las aportaciones de algunos de ustedes para poder responder a esta última pregunta. Porque sinceramente, no veo ninguna.
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Como guinda para el pastel envenenado que la parte palestina cocinó desde el inicio de las conversaciones y que pretendió que el gobierno de Israel obligase a comer a su Pueblo, tenemos ahora un compromiso de colaboración y aceptación por parte palestina de una organización terrorista y asesina, reconocida como tal por los países civilizados como es Hamás.
Hace suyos, la ANP, los principios fundacionales de Hamás, que son la eliminación del Estado de Israel y la exterminación del Pueblo judío.
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Todos estos años de intentos de Israel por alcanzar la paz, todas sus concesiones, todas sus acciones para controlar a muchos judíos que veían en el horizonte lo que hoy tenemos, todo este esfuerzo no ha sido más que muestras de un deseo vital por alcanzar una paz necesaria para un pueblo democrático y civilizado como es el de Israel. Pero más necesaria todavía para un pueblo analfabeto, ignorante, inculto e inmerso en un régimen medievalista, el palestino, que vive a expensas de la estupidez de una ayuda internacional injusta y nada equitativa, que les mantiene a costa de privar a otros aún más pobres de sustento y de dignidad.
Una ayuda internacional que en absoluto atiende a necesitados, sino a oligarquías terroristas que amenazan con "no poder controlar a su pueblo en caso de que esas ayudas sean retiradas". Unas oligarquías asesinas que se han adueñado de la mayoría de esos fondos internacionales (véase la inmensa fortuna de Arafat o de los actuales dirigentes de Hamás), o destinado a menesteres indignos como el pago a asesinos encarcelados en Israel.
Una clase política, la occidental, formada por personajes provinientes de familias aristocráticas venidas a menos, o en las cuales no son más que el elemento que no sirve más que para "colocar a dedo" en puestos de renombre pero para los que no es necesaria mucha inteligencia.
Una clase política occidental formada también por personajes que naciendo en la mayor de las miserias por la incapacidad genética de sus familias, y por ende la suya propia, encuentran en el engaño y el discurso izquierdista la correa de la que tirar de un rebaño de miserables frustrados que sólo exigen una vida fácil, sin responsabilidades y a cargo del Estado.
Y mientras tanto, Israel no cesa de soportar ataques criminales contra su población civil. No cesa de ser humillado y vejado en muchos círculos "culturales" y "académicos" en Occidente, entes dominados por una élite corrupta que con oscuros fines canaliza el desencanto estudiantil y social. No cesa de ser demonizado por adoptar medidas defensivas como el muro de separación que tantísimas vidas israelíes ha salvado gracias a impedir el libre acceso de los asesinos.
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Todo esto, por duro que resulte de leer, es lo que en estos momentos tenemos, tras el infame pacto firmado entre Mahmoud Abás (Abu Mazen) y la organización terrorista Hamás.
El camino hacia la paz ha sido cerrado.
Detengámonos en esta encrucijada, preparémonos para la guerra y esperemos la señal de la otra parte: una reapertura sincera de ese camino hacia la paz... o una señal para que empiece la batalla final de Israel en su lucha por su existencia y su derecho a la Vida.
AM ISRAEL JAI.
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