El Ejército toma medidas ante los brotes de radicalismo en sus filas.
El Ejército está preocupado por la aparición en sus filas de brotes de radicalismo “ideológico, religioso
El Ejército está preocupado por la aparición en sus filas de brotes de radicalismo “ideológico, religioso
o delictivo” y ha puesto en marcha un sistema de seguimiento para neutralizar a los sospechosos.
“La conducta de estos individuos constituye una debilidad para la institución y puede llegar a suponer una amenaza a la seguridad”, advierte un oficio reservado del Estado Mayor del Ejército de Tierra, fechado el pasado 24 de octubre, al que ha tenido acceso EL PAÍS. “Se ha detectado en el ET [Ejército de Tierra] la existencia de personal con indicios claros de radicalismo (ideológico, religioso o delictivo) cuyas acciones, en la mayoría de los casos, se circunscriben a su esfera privada y su entorno social”, comienza el documento oficial.
Aunque el texto no lo especifica, fuentes militares aseguran que el Estado Mayor está preocupado por la aparición en sus filas de fenómenos de extremismo religioso (como los grupos islamistas o salafistas) e ideológico, tanto de ultraderecha (neonazis) como de ultraizquierda (antisistema); así como por la presencia de individuos vinculados a la delincuencia común y, en especial, a bandas latinas, como los Latin Kings o Los Ñetas.
Aunque el texto no lo especifica, fuentes militares aseguran que el Estado Mayor está preocupado por la aparición en sus filas de fenómenos de extremismo religioso (como los grupos islamistas o salafistas) e ideológico, tanto de ultraderecha (neonazis) como de ultraizquierda (antisistema); así como por la presencia de individuos vinculados a la delincuencia común y, en especial, a bandas latinas, como los Latin Kings o Los Ñetas.
“Para anular o al menos disminuir este riesgo”, continúa el documento reservado, “se establecerán una serie de medidas que serán aplicadas por el jefe de la unidad sobre el personal que se determine en cada momento”.
Por ejemplo, a los sospechosos se les deberá denegar, si la solicitan, o retirar, si ya la tienen, la habilitación de seguridad, que permite manejar información clasificada o acceder a dependencias restringidas.
Además, se les impedirá ocupar puestos de trabajo “en donde pueda ponerse en riesgo la seguridad en cualquiera de sus variantes o se pueda tener acceso a información sensible”. El escrito enumera una serie de destinos vetados: la policía militar y la unidad de seguridad; la plana mayor; los locales donde se maneje documentación clasificada; las armerías, polvorines y parques de armamento; los centros de comunicaciones o sistemas de información; los puestos de conductor o escolta de autoridades; los de tirador de precisión o desactivador de explosivos; y “cualquier otro que se considere por el jefe de la unidad”. Además, los sospechosos serán objeto de “seguimiento en la unidad en todo aquello relacionado con sus actividades o acciones de proselitismo, su grado de radicalidad y sus actividades públicas (en redes sociales, prensa, Internet, etcétera)”. También se controlarán sus “situaciones procesales o delictivas fuera del ámbito de las FAS [Fuerzas Armadas]”, así como sus “notificaciones de salida al extranjero”.
El oficio recomienda la “aplicación, en cuanto sea posible, de la normativa de personal en lo relativo a las facultades profesionales o psicofísicas, de las acciones derivadas del PADET [Plan Antidroga del Ejército de Tierra], del Régimen Disciplinario y del Código Penal Militar”. Por un procedimiento (pérdida de condiciones psicofísicas para seguir en activo) o por otro (sanciones disciplinarias o penales), el resultado sería la expulsión.
De hecho, se propone la “elaboración de [un] IPEC [Informe Personal de Calificación] por cambio significativo en la conducta personal del calificado, cuando proceda e incluir en las renovaciones de compromiso [una] valoración de la información complementaria sobre su actuación profesional”. Un IPEC negativo constituye motivo suficiente para que un soldado no renueve su contrato.
El documento del Estado Mayor no define qué se entiende por “radicalismo ideológico, religioso o delictivo”; ni si el mismo se limita o no a los grupos que justifican la violencia. Tampoco especifica quién puede decidir cuál es el personal afectado por estas medidas; aunque tradicionalmente estos cometidos han estado en manos de la Segunda Sección de los estados mayores (Inteligencia) y del CISET (Centro de Inteligencia y Seguridad del Ejército de Tierra).
Al tratarse de un procedimiento secreto, carece de garantías para los afectados, a los que se priva de ocupar determinados destinos y desarrollar su carrera profesional, lo que podría chocar con la Ley de Derechos y Deberes de los militares de 2007, según la cual “en las Fuerzas Armadas no cabrá discriminación alguna por razón de [...] religión o convicciones, opinión o cualquier otra circunstancia”.
La ley disciplinaria y el código penal castrense castigan a quienes hagan manifestaciones contrarias a la Constitución, infrinjan el deber de neutralidad política o sean condenados por un delito doloso de carácter común, pero las medidas citadas en el oficio son “de carácter preventivo”, según fuentes militares, cuando solo hay “indicios” y no una sentencia o una sanción firme.
Consultado un portavoz del Ejército de Tierra, excusó hacer cualquier comentario sobre el documento, alegando que “tiene carácter clasificado y está sujeto a la Ley de Secretos Oficiales”.
http://politica.elpais.com/pol
LA NOTICIA, AMPLIADA, EN FRANCÉS:
Une enquête de la CIA et du FBI de 2009 a
révélé qu’au moins cent islamistes extrémistes avaient déjà infiltré
l’Armée américaine, et parmi ces individus, certains avaient été en
contact avec des islamistes radicaux, qui avaient noyauté des unités
militaires en Espagne, en Grande Bretagne, en France et en Allemagne.
Pour de nombreux jeunes musulmans nés en
Espagne, la carrière militaire offre une alternative au chômage des
jeunes de moins de 25 ans, qui dépasse les 60%. Souvent, un passage par
l’armée ouvre les portes à des emplois dans le civil, soit dans la
police nationale, soit dans d’autres domaines relatifs à la sécurité.
L’armée espagnole surveille en douce ses soldats musulmans
Or, l’armée espagnole surveille en douce
ses soldats musulmans, afin de prévenir la propagation de l’islam
radical dans ses rangs, comme révélé par un document déclassifié du
Ministère de la Défense, divulgué à la presse espagnole.
L’armée espagnole est en train de
remplacer ses soldats musulmans par de nouvelles recrues, originaires
d’Amérique latine, afin de réduire les risques dans les régions à forte
population musulmane.
L’Espagne avait aboli la conscription en
2002 et effectué la transition vers une armée de métier, mais il lui
fut impossible de trouver suffisamment de jeunes Espagnols de souche
pour combler les rangs, en raison sans doute d’une situation résultant
d’un mélange d’apathie, de pacifisme et d’une baisse du taux de
natalité, l’un des plus bas de l’Union européenne (1.36 en 2011).
A l’instar d’autres pays européens
confrontés à un semblable dilemme, le Ministère de la Défense espagnol,
dans une recherche désespérée de candidats pour l’Armée, s’est dès lors
tourné vers les recrues musulmanes. Mais l’enrôlement de musulmans dans
l’armée est une arme à double tranchant. Si l’Espagne a besoin
d’effectifs, recruter des soldats musulmans nourris aux idéologies
extrémistes avait de quoi inquiéter les autorités.
Un document rédigé par le chef adjoint
de l’état-major de l’armée espagnole, le général Jesús Carlos Fernández
Asensio, le 24 octobre 2013, était intitulé :
« Mesures à appliquer aux militaires suspectés d’entretenir des liens avec le radicalisme islamique »
« Mesures à appliquer aux militaires suspectés d’entretenir des liens avec le radicalisme islamique »
Ce document, ultra-confidentiel, qui a
fuité à la presse et a été publié par El Pais le 19 novembre, montre que
l’armée espagnole a détecté dans ses rangs « la présence de
personnes clairement liées au radicalisme (idéologique, religieux ou
criminel) dans leurs vies privées ou sociales. »
« La conduite de ces individus rend
l’armée vulnérable et représente une menace potentielle pour la sécurité
nationale. Dans le but de neutraliser ou du moins réduire ce risque,
l’armée a mis en place une série de mesures qui seront appliquées par
les commandants militaires à tout membre du personnel militaire
considéré comme suspect, et ce à n’importe quel moment. »
Les mesures comprennent :
la révocation des autorisations de
sécurité à tout soldat, soupçonné de radicalisme, l’interdiction
d’occuper un poste de travail où il pourrait représenter un risque pour
la sécurité ou avoir accès à des informations sensibles.
Le document énumère ainsi plus d’une douzaine d’emplois ou lieux à interdire à tout individu suspecté de radicalisme :
- police militaire ou d’autres unités liées à la sécurité,
- l’état-major,
- locaux où sont traités et entreposés les documents classifiés,
- armureries, arsenaux et dépôts d’armes,
- les centres de communication et les systèmes d’information,
- les emplois de chauffeur, de garde du corps, et dans les escortes de sécurité,
- les postes de tireurs d’élite et de démineurs,
- et… n’importe quel autre poste à déterminer par le commandant de l’unité.
Vérifier tout projet de voyage à l’étranger
Des unités militaires sont chargées de
la surveillance des suspects à différents niveaux : prosélytisme, degré
de radicalisation et activités publiques (médias sociaux, presse,
etc.). Elles doivent également garder la trace de toutes les poursuites
civiles ou pénales, en dehors du cadre de l’armée, qui peuvent impliquer
un soldat suspecté de liens avec des radicaux islamistes, et de
vérifier tout projet de voyage à l’étranger.
Le ministère de la Défense recommande la
stricte application des règlements disciplinaires du Code pénal
militaire et des politiques de prévention et de lutte anti-drogue. Ces
procédures fourniraient la base juridique nécessaire pour permettre
d’exclure de l’armée tout soldat suspecté de radicalisme. Le document
propose également le « développement d’un « système de notation
spécial pour tout soldat qui afficherait un changement important dans
son comportement professionnel.. »
Une évaluation négative serait un motif valable pour le licencier de l’Armée.
Bien que le document ne définisse pas
précisément ce qu’implique le terme «radicalisme», il se réfère
certainement à l’islam salafiste, principal source d’inquiétude pour le
ministère de la Défense espagnol, suite au nombre croissant de recrues
musulmanes dans les rangs de l’armée.
Il n’existe pas de statistiques
officielles quand au nombre exact de musulmans servant dans les forces
armées espagnoles, qui comptent actuellement 140.000 actifs et 5000
réservistes.
Toutefois, le problème de la présence de
soldats musulmans est spécialement crucial dans les enclaves de Ceuta
et de Melilla, sur la côte nord du Maroc. Les Musulmans représentent
approximativement 30% des troupes stationnées à Ceuta et Melilla, où le
taux de chômage atteint 40%.
Des agents d’al-Qaïda infiltrés
En juillet 2012, le « Centro Nacional de Inteligencia »
(CNI) fut informé par la CIA, que des agents d’al-Qaïda avaient
infiltré des unités de l’armée espagnole basées à Ceuta et à Melilla,
territoires que l’AQMI (al-Qaïda au Maghreb islamique basé en Algérie)
menacent depuis longtemps de reconquérir pour l’islam.
Cette alerte, transmise aux Autorités
espagnoles, fut le résultat d’une enquête menée par la CIA et le FBI en
novembre 2009, après l’attentat terroriste islamiste perpétré par le
major Nidal Malik Hasan, un sympathisant d’Al-Qaïda, à Fort Hood au
Texas, et qui coûta la vie à 13 soldats et fit plus de 30 blessés.
Des islamistes dans les armées en Espagne, en Grande Bretagne, en France et en Allemagne
D’après les résultats de l’enquête, au
moins cent islamistes extrémistes avaient déjà infiltré l’armée
américaine et parmi ces individus, plusieurs avaient été en contact avec
les islamistes radicaux qui avaient noyauté des unités militaires en
Espagne, en Grande Bretagne, en France et en Allemagne.
Selon les rapports des medias, les enquêteurs du CNI commencèrent à rechercher des soldats musulmans qui ne correspondent pas au profil « classique » du pieux musulman,
à savoir des individus qui ne montraient aucun signe d’appartenance à
la culture musulmane, qui semblaient même très occidentalisés, buvaient
de l’alcool, fumaient, mangeaient sans respecter les interdits imposés
par le coran et ne fréquentaient pas les mosquées locales.
Après enquête, les Autorités militaires
décidèrent de remplacer des douzaines de soldats musulmans par des
recrues d’Amérique du Sud. L’éviction de l’armée de soldats musulmans,
pour « manque de confiance » ou « loyauté douteuse » ne fit qu’aggraver
les tensions avec la communauté musulmane locale, qui distribua des
milliers de tracts dénonçant la « persécution des soldats espagnols de
confession musulmane. »
L’inquiétude relative à une éventuelle
infiltration du salafisme radical dans l’armée espagnole remonte à
décembre 2006, quand une opération de police appelée « Operacion Duna »
démantela une cellule salafiste qui planifiait des attentats terroristes
à l’aide d’explosifs volés par des soldats musulmans à Ceuta. Le raid,
qui impliqua plus de 300 policiers, résulta en l’arrestation de 11
salafistes, y compris des « Espagnols », parmi lesquels trois d’entre
eux servaient dans l’armée.
Depuis lors, la police espagnole a effectué plus de 20 raids à travers l’Espagne afin de démanteler les cellules salafistes.
Rosaly : malgré ces faits inquiétants,
l’UE continue à promouvoir l’immigration de masse musulmane, à faire
entrer les loups islamiques dans la bergerie occidentale. D’un côté, nos
gouvernements dépensent des sommes colossales, nos impôts, pour
enquêter et lutter contre les islamistes infiltrés dans nos pays dans le
but de nous détruire, et de l’autre, ils ouvrent les bras et les portes
de l’Occident à de plus en plus de Musulmans, parmi lesquels des
islamistes radicaux. Tout en nous répétant que l’islam est une religion de paix.
Pour Tarik Ramadan, les Musulmans
d’Occident devraient se conduire comme s’ils vivaient déjà dans une
société à majorité musulmane et étaient de ce fait exemptés de toute
concession à la religion, à la culture et aux lois de la société hôte.
Les Musulmans d’Europe devraient avoir le droit de vivre selon leurs
propres principes, affirme Ramadan, et la société occidentale, dans son
ensemble, devrait, au nom de la tolérance, avoir l’obligation de
respecter ce choix. Charmant Frère musulman, Tarik.
Une phrase, citée par Otto von Bismarck,
le premier chancelier impérial allemand de 1871 à 1890, pourrait
parfaitement s’appliquer à l’Europe du XXIe siècle :
« L’Europe d’aujourd’hui est un baril de poudre, et ses dirigeants sont comme des hommes qui fument dans un arsenal »
« L’Europe d’aujourd’hui est un baril de poudre, et ses dirigeants sont comme des hommes qui fument dans un arsenal »
Pour gagner la guerre qui s’annonce
contre le djihad, la première chose à faire est de commencer à parler
franchement de l’identité et du caractère de l’ennemi, et de la nature
de la menace. L’obligation d’agir ainsi est dictée par la moralité au
moins autant que par la nécessité de se préserver.
« Si tu connais l’ennemi et si tu te connais, tu n’as pas à craindre le résultat de cent batailles », dit Sun Tzu.
« Nous connaissons
l’ennemi. Nous connaissons ses convictions essentielles, ses exemples,
son cursus, son état d’esprit, son mode d’action et ses intentions. Nous
connaissons aussi ses faiblesses, nombreuses, et qui sont dominées par
son incapacité à créer une économie prospère ou une société
fonctionnelle et harmonieuse.
Il appartient aux
millions d’Européens normaux et à leurs cousins américains de mettre fin
à cette folie. La classe des traîtres veut qu’ils partagent sa volonté
de mort, qu’ils s’annihilent en tant que peuple doté d’une mémoire
historique et d’une identité culturelle, et laissent place à l’utopie
post-humaine uniforme dont le fer de lance est la cinquième colonne
djihadiste »
- Serge Trifkovic.
- Serge Trifkovic.
Reproduction autorisée avec la mention suivante : © Rosaly pour Dreuz.info.
Source : « Spain: Islamic Radicals Infiltrate the Military” by Soeren Kern (traduit, adapté et commenté par Rosaly)
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