Una linda guatemalteca nos explica como alistarse en las Fuerzas Armadas de Israel

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Mientras que para la mayoría de los jóvenes israelíes ser parte de las Fuerzas de Defensa de Israel y vestir el uniforme verde oliva es una obligación y un deber nacional, para muchas otras personas en el resto del mundo es una gran ilusión. Es por ello que alrededor de 5000 voluntarios llegan a Israel cada año para contribuir con las FDI.

A diario, diferentes personas de distintas partes del mundo nos envían mensajes preguntando si existe la posibilidad de colaborar y ser parte del ejército israelí. Por esta razón, nos reunimos con la Cabo Susie Altalef, soldado guía en grupos de Sar-El para que nos cuente más acerca de la experiencia de ser parte de este increíble programa de voluntariado.

Sar-El: el Proyecto Nacional de Voluntarios para Israel

   Cabo del Tsahal ,hija de Guatemala, Susie Altalef:

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Sar-El es un programa que permite a sus participantes voluntarios de todo el mundo pertenecer y colaborar con el ejército israelí. La experiencia de vivir en una base militar y el contacto directo con los soldados son algunas de las cosas que más llaman la atención a nuestros voluntarios. El período de duración es normalmente de tres semanas, pero sin lugar a dudas la tentación más grande es que para ser parte de esta gran familia, no hay límite de edad. “Cada dos o tres semanas grupos de voluntarios llegan de todos lados del mundo. Las edades suelen variar entre las edades de 16 a 80 años y aún más” nos cuenta Susie.

Una vez que los voluntarios llegan a Israel, sus guías los estan esperando en el aeropuerto para llevarlos hacia la base dónde permanecerán durante el tiempo del programa. Las tareas son variadas y dependen de las necesidades del ejército y de la base en la que se realiza el voluntariado. El objetivo es colaborar con los quehaceres rutinarios de los soldados, como por ejemplo cocinar, reparar equipos de comunicación, hacer mantención de equipos militares, etc.“Además, por las noches nos encargamos de hacer actividades donde les enseñamos y mostramos más acerca del ejército. Hablamos sobre las diferentes unidades, hacemos una representación del día de enrolamiento de todo soldado en el ‘Bakum’ (Base de enrolamiento), les contamos la historia de creación de las FDI, etc”.

 

Día tras día la relación entre los voluntarios y sus guías va creciendo e inevitablemente historias personales y experiencias son compartidos entre ellos creando un lindo vínculo grupal. “Como parte del programa salimos de paseos, visitamos por ejemplo la casa de Ben Gurion y demás museos, realizamos caminatas, entre otras cosas. De esta forma el vínculo con los voluntarios crece y nos vamos conociendo más“.

De la misma forma que estas personas llegan brindando su apoyo a las FDI las guías de Sar-El también ayudan a sus voluntarios cuando lo requieren. “En un grupo de jóvenes, me ha tocado un participante que su sueño era ser soldado en las FDI. Sentí que algo lo estaba inquietando y me acerqué a hablar con él. En ese momento me contó que estaba angustiado porque el programa ya estaba por terminar y todavía no había logrado comenzar con el proceso de enrolarse oficialmente a las FDI, por lo que decidí ayudarlo en su sueño. El programa terminó y un tiempo después recibí un mensaje agradeciendo la ayuda que le había ofrecido, y que gracias a ello, se había convertido oficialmente en soldado del ejército israelí”.

Gracias a la buena experiencia de los participantes de Sar-el, muchos deciden finalmente comenzar con el proceso de ‘aliá’ (migración a Israel) y enlistarse en las FDI como ciudadanos israelies.

Concretando sueños:

“Haciendo las valijas para venir a Israel a vivir, encontré entre mis viejas cosas un dibujo de primer grado en el que mostraba que desde pequeña soñaba con venir a Israel“. Nacida en el país de la eterna primavera, Guatemala, y criada en un seno judío sionista, Susie desde pequeña supo que Israel sería su destino y que ser parte de las FDI sería su responsabilidad.

“Con mi enlistamiento a las FDI mis objetivos eran aprender hebreo, sentirme parte de la sociedad israelí y aprender de ella. Hoy en día además de eso, mis objetivos son ayudar y enseñar a los que nos vienen a apoyar a nosotros y disfrutar minuto a minuto de mi cargo. Todos los voluntarios llegan a Israel llenos de energías y con ganas de colaborar con el ejército, lo que me recuerda a diario el porqué estoy aquí“.

A pesar del poco tiempo que lleva Susie en el país, asegura haberse encontrado en el camino con gente que la ha ayudado y animado a seguir en los momentos más difíciles. Tanto su familia y amigos desde Guatemala, como su nuevo círculo en Israel, nos definen a Susie como una persona alegre, divertida y de buen humor, pero al mismo tiempo de carácter fuerte y decidido. En pocas palabras, todo lo que se necesita para triunfar en este cargo y en la vida.

Luego de terminar con el servicio militar, Susie desea continuar su vida en Israel y comenzar sus estudios universitarios.