by Jana T.
Le Groupe
La política rusa, siempre misteriosa, está buscando un protagonismo diplomático en el P.O. que la lleve a ser imprescindible en cualquier conferencia internacional de solución del conflicto que tiene lugar en Siria.La recuperación de este protagonismo ,perdido, es posible debido a la titubeante y nefasta actividad que realiza el actual ocupante de la Casa Blanca.
Además ,en el terreno económico y militar, Rusia está dispuesta a hacer todos los esfuerzos que sean necesarios para evitar la derrota de Assad . Assad es un aliado muy importante para Rusia, los rusos venden y suministran materiales(por valor de muchos millones) al dictador sirio y además controlan la base marítima de Tartus que es un enclave estratégico valiosísimo para la marina militar de Rusia al suministrar el abastecimiento a sus buques en el Mediterraneo y Mar Negro.
No pueden perder a tan importante aliado y por ello le sirven armas de alcance y precisión muy altas, a las que califican como "defensivas";armas que alteran el equilibrio de fuerzas en la zona y ponen en peligro la seguridad de Israel ,de Todo Israel (al quedar enteramente al alcance de los devastadores missiles sirios).
El riesgo de guerra es ahora mismo elevadísimo en la zona gracias a la entrada en la escena de Rusia apoyando al dictador sirio que está eufórico al ver como,en las últimas horas, la situación bélica está dando un giro total en favor de sus armas.Éxito que le está animando, en unión con Hezbollah y Hamas ( y no olvidemos la alargada sombra de Irán), a ensayar el ataque contra el Estado de Israel.
Israel se enfrenta sola, es claro, a un posible ataque, muy posible, de dimensiones aterradoras; Israel se enfrenta a un serio peligro, porque no puede permitir ver su existencia amenazada, ante la mirada inoperante de Barack Obama y su titubeante Administración , y necesita impedir la proliferación en manos enemigas de tales armas destructoras. Y sabe que el coste en vidas y daños de tal ataque contra Siria y Hezbollah será cuantioso, elevado, pero que deberá asumirlo o perecer y ser "borrada del Mapa".
No hay duda de que la actual política del gobierno israelí prueba no solo con declaraciones sino también con sus actos que está decidida a atacar ,con o sin aprobación de Poutine.
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