Translate

martes, 16 de abril de 2013

HACE SIETE AÑOS...


Hace siete años yo acababa de divorciarme hacía un par de años. La vida me iba un poco complicada, debido a la necesidad de mantener por un lado el hogar del que había salido, y por otro mantener el mío propio.



Recuerdo que estábamos empezando a cenar mi hijo y yo. Y yo tenía una noticia que darle, que no sabía cómo iba a afectarle. Por cuestiones económicas debía cambiar de empleo, y tenía una opción muy buena, excelente, en el norte de España, en Asturias. Vivía entonces cerca de él, y el contacto era casi diario. Pese al divorcio, la relación con mi ex mujer era correcta en aras de la estabilidad emocional de nuestro hijo.

"Mi vida, el papá tiene que decirte una cosa... posiblemente me vaya a vivir a Asturias, no puedo seguir como estoy ahora. No puedo mantener este nivel de gasto con mi trabajo"

Esperaba una respuesta por su parte, y le miraba a los ojos. No me dijo nada, pero me lo dijo todo. Con el rostro impasible pero encajado en una expresión de tristeza, el blanco de sus ojos tornó a rosa de manera instantánea y unas lágrimas brotaron sobre sus mejillas. Pero no sollozó. No lloró en la manera que estamos acostumbrados a ver llorar a un niño. El inmenso dolor de su alma fue así como llegó a mí.

Ya no recuerdo más de esa conversación. Añadir cualquier cosa sería hacer literatura barata. Sólo sé que en ese momento me dí cuenta de lo hondo que había calado en él la tristeza ante la separación, que parecía inevitable, de su padre. Me dí cuenta de que era niño, pero que ni era insensible ni era un alma en forja.

Él tenía entonces ocho años. Los mismos que tenía el niño que hace unas horas nos ha dejado en ese inmenso crimen perpetrado en Boston.

Hace falta ser padre, o peor, ser madre, para darse cuenta del infinito dolor que hechos así suponen para el alma de los suyos.

Esperemos que se haga justicia. Pero sobre todo, Justicia divina, sobre los responsables de ese execrable acto.

Shalóm.

Gedeón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario