De la tierra de los mil sabores a las filas de las FDI

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El ejército israelí, recibe por año una enorme cantidad de jóvenes de todo el mundo que vienen a ofrecer su servicio voluntario a las FDI. Con compromiso y dedicación, dejan sus países y hogares para defender al Estado de Israel. La semana pasada, un nuevo grupo de soldados del Cuerpo de Blindados, juró lealtad al ejército israelí y allí nos encontramos con Frank Levy, nuevo inmigrante de Perú que nos contó su historia y experiencia.

“Juro y me comprometo a dar lealtad al Estado de Israel, a sus leyes y a sus autoridades. Daré todo de mi y serviré incondicionalmente a las Fuerzas de Defensa de Israel. Obedeceré todas las órdenes y las instrucciones dadas por mis comandantes, dedicaré todas mis fuerzas e incluso sacrificaré mi vida por la seguridad de la patria y la libertad de Israel”.

Éstas son las palabras que año tras año nuestros nuevos reclutas recitan a todo pulmón en el acto juramentación.

Durante la ceremonia Coronel del Cuerpo de Blindados hizo especial referencia en la situación de los soldados solitarios diciendo: “Debemos reconocer el gran esfuerzo que realizan nuestros soldados nuevos inmigrantes al venir a servir aquí, al ejército israelí. Estamos muy agradecidos y nos enorgullece que hoy estén sirviendo entre nuestras filas”.

Palabras de admiración

El Subteniente Ofir, comandante varios reclutas inmigrantes, no tiene más que palabras de admiración y entendimiento hacia estos soldados: “Están siempre motivados y contentos. Se voluntarizan para todo lo que sea posible y siempre tratan de mejorarse”. Por otro lado, si hay algunas palabras que los soldados no entienden, todos los compañeros del pelotón están dispuestos a ayudarlos. “Los soldados extranjeros no sirven por obligación, ellos vienen porque tienen el deseo de servir. Realmente me saco el sombrero por ellos”.

Desde el Perú hasta Israel

Frank Levy es un soldado oriundo de Perú, que decidió venir a vivir a Israel hace dos años. A pesar de haber venido solo y de haber sentido un gran choque cultural, nos cuenta: “Hay que ser valiente y trabajar duro. Aunque nunca antes imaginé que terminaría aquí, servir en el ejército israelí es la mejor decisión que he tomado en mi vida“.

“En el batallón no somos solo amigos, somos como hermanos. Me siento en familia, como si estuviera en casa“.

Con una gran sonrisa, Américo, el padre de Frank, quien visita por primera vez Israel, nos cuenta: “Estoy tranquilo y orgulloso que sirva en su ejército. Por más que lo extraño mucho, estoy muy contento. Yo creo que tomó la decisión correcta“.