Un día después del acuerdo por el que el Gobierno ucranio aceptó la mayoría de las reivindicaciones de la oposición para poner fin al baño de sangre de esta semana en las calles de Kiev, el poder en la ex república soviética está cambiando de manos a marchas forzadas. El presidente de Ucrania, Victor Yanukóvich, ha abandonado Kiev; la Rada Suprema (Parlamento) le ha destituido y convocado elecciones y el partido de la ex primera ministra Yulia Timoshenko (cuya liberación, también ordenada por el Parlamento, se ha producido esta tarde, según fuentes próximas a la exmandataria) ocupa ya los cargos de presidente de la Rada Suprema y de ministro del Interior.
También el ministerio de Defensa emitió un comunicado en el que asegura que las fuerzas armadas "no intervendrán en el conflicto y permanecerán fieles al pueblo de Ucrania".
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