Todos sabemos de las intrigas internas que enturbiaron el fallecimiento de Albino Luciani, quien ocupó el solio pontificio con el nombre de Juan Pablo I tras la muerte de Pablo VI y antes de su sucesor, Juan Pablo II.
La entrada del actual Papa, Francisco I, dio en su momento al traste con las murmuraciones acerca de cuales de las corrientes preponderantes en el seno del Vaticano iba a alzarse con el anillo del Pescador, es decir, con el mando sobre toda la iglesia católica en el mundo. Fueron momentos de difícil comprensión para todos aquellos que seguían con interés el desarrollo de los acontecimientos. Aunque la mayor de todas las preocupaciones era el posible ascenso del "papable" Tarsicio Bertone, era aún mayor el contenido anti israelí que algunas figuras vaticanas expusieron en el lamentable sínodo de obispos realizado en Octubre de 2010, en el que demonizaron al Estado de Israel de manera lamentable.
Actualmente, y por fortuna, la Iglesia Católica disfruta de uno de los pontífices de mayor limpieza en su imagen y en su pasado. Fiel seguidor de los principios de pobreza y servicio que deben caracterizar a todos los sacerdotes, ha dado muestras sobradas de amistad hacia el pueblo judío, algo que deberá empezar a asumir la misma iglesia católica repartida a lo largo del mundo, en la que todavía quedan muchísimos ignorantes que siguen considerando a Am Israel como un pueblo deicida, cuya persecución e intento de exterminio estaría justificada por esos hechos históricos (y no de origen divino) sobre la que se edificó esa variante del Juadísmo que derivó en el actual cristianismo.
Hoy en día existen persistentes rumores acerca del peligro que puede correr su vida. Y lo peor de todo es que pienso que son más los enemigos que tiene de puertas adentro que los que pueda haberse granjeado entre las delincuencias mafiosas que inundan a Italia y al mundo entero.
Ese riesgo que achacan a las mafias abre la puerta para cualquier tipo de acciones que pretendan llevar a cabo los enemigos que pueblan los puestos de dirección en el Vaticano. Si a eso le sumamos errores derivados de un exceso de fe por parte del Papa que le llevan a utilizar en sus desplazamientos autos sin la debida protección blindada y la excesiva exposición de su persona en los actos multitudinarios, tenemos ante nosotros a un simple patito de feria en la caseta de tiro al blanco (con todos mis respetos).
¿Qué consecuencias podría tener su desaparición para Israel? En principio, pocas. Pero a largo plazo se perdería un interlocutor de gran valía, amigo y amante del Pueblo de Israel. Porque Israel no estará aislado mientras existan personas que como él no le difaman, sino que orientan sus palabras hacia la consecución de la paz. Personas que a través de su mensaje intentan eliminar el odio antisemita secular que emponzoña a gran parte del mundo cristiano, en especial en España y en Iberoamérica.
¿Debería esforzarse Israel en proteger la persona de este Papa que es, ante todo y sobre todo, un hombre bueno? No interpreten por mis palabras una querencia especial hacia el cristianismo, tengo yo bien clara mi postura ante el Eterno, Uno y Único. Pero creo que sería contraproducente para el mundo entero, incluido Israel, su pérdida. Y por lo tanto, considero que sí que debería ser tenido en cuenta para permitirle aplicar las reformas que tiene pendientes y en mente a esa iglesia que tantos problemas nos podría plantear en el caso de derivar hacia posturas de intransigencia y reavivamiento de absurdos odios contra Am Israel.
Hoy por hoy está abierta la veda de caza a su figura. Y él, empecinado, sigue confiando en su fe en el Eterno, que es el mismo que el nuestro. Y arriesgando su vida sin darse cuenta de que ese es el peor favor que puede hacer a la renovación que tantísimo necesita su iglesia.
Las fraternización que con el Vaticano han tenido las figuras representativas de la comunidad judía italiana ha sido muy provechosa para todos. Y desde que Papas como Juan Pablo II o el actual Francisco I han hablado a favor del pueblo de Israel, las cosas han ido un poco mejor para el mismo.
Esperemos, y confiemos, en que su tarea pueda llegar a buen término. Más bien pronto es posible que muchas sotanas se escandalicen con muchas cosas que va a cuestionar y alterar. Si le dejan, claro. Y si consigue hacerlo, eso será bueno para el mundo entero y para Israel.
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