Translate

martes, 6 de agosto de 2013

68 AÑOS DESPUÉS...



El 6 de agosto de 1945  EE UU llevaba a cabo el lanzamiento de la primera bomba atómica, contra un objetivo civil; el resultado fue que la ciudad de Hiroshima quedó borrada de la faz de la Tierra, causando 140.000 muertos. Un segundo ataque realizado el 10 del mismo mes sobre la ciudad de Nagasaki, con 80.000 muertos, obligaba a Japón a una rendición inmediata.

Hoy no ilustro mi artículo con una fotografía que represente el hecho a recordar. Hoy he escogido una que represente realmente la inmensa tragedia que supuso para la Humanidad una operación científico militar que pese a que supuso el final de la contienda en la parte asiática del conflicto, tuvo un coste inmenso, ya que abrió la senda de la posterior carrera armamentista que hoy en día nos tiene a un paso de la conflagración nuclear.

Esta fotografía la he obtenido buscando imágenes de Hiroshima en los años 20 al 30. Lamentablemente es una fotografía de muy baja calidad, pero permite apreciar personas, casas, una vida en general vivaz y dinámica, que fue exterminada poco tiempo después.

¿Para qué ha servido todo este horror? Las personas no son conscientes de la realidad de la guerra. Nos hemos acostumbrado a las películas, los relatos, los documentales y nuestras fantasías sobre ella. Pero pocos son los que ante escenas terribles nos hemos puesto sinceramente en su lugar.

¿Algún padre ha interiorizado esas imágenes hasta el extremo de imaginar ver entre esos cuerpos sin vida que ya no nos impresionan, a sus propios hijos? ¿Alguien ha llegado a imaginar el inmenso acto de sacrificio de tener que ofrecer su vida para salvar la de ese hijo, con el inmenso dolor de que, además, no sabes cual va a ser su futuro en el mundo, una vez no puedas ya protegerlo?

Estos no son pensamientos negativos, depresivos o como quiera que puedan llamarles muchos que inconscientemente entierran su cabeza en el suelo, cobardemente. Esta es la trágica realidad, la inmensa dureza, de los efectos de la guerra sobre las personas que la sufren, sin tener culpa de nada, más que la de habitar el suelo de un país regido por un gobierno que, sin razón o con ella, se ha enfrentado a otro.

..........................

Hoy estamos a un paso de una nueva Hiroshima. A un sólo paso. Aunque esta vez, al contrario de lo que sucedió con Japón, sí que habrá respuesta.

Pese a todo el dolor que causó, las de Hiroshima y Nagasaki si que tenían cierta razón de ser, cierta justificación: salvaron las vidas de los soldados que debieran haber invadido un Japón fuerte y concienciado de la obligación de defender la tierra de sus ancestros. Y posiblemente, Estados Unidos no hubiese ganado esa guerra si no hubiese sido sacrificando hombres de manera apocalíptica (como se demostró veinte años después en Vietnam, conflicto que a la postre no pudieron ganar)

Pero... ¿Qué justificación puede darse hoy en día, en que cualquier ataque nuclear por parte de los de siempre, de Irán, sólo acarrearía la puesta en marcha de la respuesta de Israel con todo su arsenal atómico? Ninguna.

Hoy en día el ataque iraní está a la vuelta de la esquina, permitido de manera tácita por Occidente por su persistente acoso a la democracia israelí y su permisividad y potenciación de un régimen  dictatorial y criminal como las diversas facciones que conforman la ANP. Y es muy difícil que pueda ser evitado salvo por circunstancias inesperadas que así lo permitan. No sólo las acciones que puedan llevar a cabo los servicios de inteligencia de Israel, sino por esos hechos casuales que siempre han estado presentes a lo largo de la Historia de Am Israel y que pese a quien pese yo considero milagros achacables al Eterno.

Hoy es un día para retomar viejos sentimientos que teníamos olvidados. Como pueden ser la inocente y excesiva sensibilidad de nuestra adolescencia; o la diafanidad de las ideas primigenias sobre qué es realmente  la Justicia y la igualdad y fraternidad entre todos los seres humanos, esas ideas que la suciedad y vacuidad de tantas mentiras que nos cuentan han relegado al baúl de los recuerdos. Porque hoy en día es difícil ser más sabio al cumplir años... hoy han conseguido hasta eso, hacernos más tontos conforme crecemos. Y más burros, con todo mi respeto hacia tan noble animal.

Shalóm.



No hay comentarios:

Publicar un comentario