La guerra civil siria ha puesto al límite los campos de refugiados de los países vecinos. El éxodo masivo de personas que huyen del conflicto se ha trasladado a Irak, que en apenas cinco días ha recibido a más de 30.000 refugiados, la mayoría de ellos sirios kurdos. Las autoridades locales no dan abasto y los testimonios de los recién llegados están llenos de amargura: - “No hay ninguna esperanza de solución pacífica en Siria. Estamos siendo bombardeados por el régimen y los miembros del frente Al Nusra se están inmolando por todas partes en Siria. Por esa razón, mi pueblo, incluidos turcos y árabes, está huyendo. Millones de personas han abandonado el país”, decía uno de ellos. El Gobierno del Kurdistán iraquí ha limitado a 3.000 la cantidad de refugiados que pueden cruzar las fronteras a diario. Según explica Nozad Hadi, Gobernador de la ciudad de Arbil, “el número de recién llegados aumenta día a día y nadie estaba preparado ante tal flujo de refugiados. Ha sido algo repentino. Miles de personas han cruzado la frontera para llegar la Kurdistán. En este campo tenemos a más de 13.000 personas y hemos abierto otros dos campos en Qush Tuba y en Baherk”. Partidario de intervenir en las fronteras para defender a los civiles, el presidente del kurdistán iraquí, Massoud Barzani, ha pedido a los kurdos sirios que se queden en su tierra y la defiendan.
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