GUERRA ABIERTA ENTRE HAMÁS Y FATAH
Los dos principales bandos palestinos, el Hamas y el Fatah, parecen unidos en las últimas semanas en vista al presente conflicto existente entre el Hamas e Israel. Abu Mazen, líder del Fatah, estuvo en El Cairo ayudando en las negociaciones y, según muchos reportan, tratando de llevar a Israel para que acepte las exigencias del Hamas. Pero los eventos de los últimos dos meses no han hecho más que debilitar y poner en riesgo la relación entre el Fatah y el Hamas.
A finales de abril, firmaron el Fatah y el Hamas un acuerdo de reconciliación para unas semanas después formar un gobierno de unidad entre ambos bandos. Muchas interpretaciones surgieron en cuanto a la verdadera razón de este acuerdo pero la realidad era que el Hamas y el Fatah parecían reconciliados y unidos después de largos años de conflicto y acusaciones mutuas. Pero este clima de unión y reconciliación se ha ido evaporando, a pesar de que frente a las cámaras intenten mostrar lo contrario.
El primer problema entre las partes vino con el secuestro de Eyal, Gilad y Naftali, tres jóvenes israelíes por parte del Hamas. El Fatah venía con una corriente de moderación en los últimos años que le había permitido ganarse mayor confianza y beneficios con el gobierno israelí. La unión con el Hamas ya había levantado la oposición de Israel pero el Fatah confiaba en que lograría apaciguar al Hamas y minimizar sus actividades terroristas. Sin embargo este secuestro demostró con claridad que el Hamas no abandonaría sus actividades terroristas, dificultando así su unión con el Fatah. Abu Mazen se molestó por el secuestro por parte del Hamas y no dudó en llamar a Netanyahu y condenar este secuestro e incluso en pedir a los secuestradores que devuelvan a los jóvenes, cosa que tampoco agradó en el lado del Hamas.
El Fatah continuó con su molestia con el Hamas al ver como el movimiento terrorista buscaba, a toda costa, que el conflicto en la región escalara y que Israel tuviera que atacar a Gaza para defenderse. El Fatah había mantenido una relativa calma en los últimos años en Judea y Samaria y sabía que esta continua violencia del Hamas con el lanzamiento de cohetes solo traería más violencia y muertes para los palestinos.
El punto más grave de las relaciones entre las partes llegó hace unos días cuando Israel reveló que el Hamas había estado planificando una serie de atentados contra Israel que tenían como objetivo final desestabilizar y derrocar al gobierno del Fatah. Israel arrestó a 93 terroristas del Hamas involucrados en este plan e incluso publicó fotos de las armas que llevaban para intentar cumplir con este plan. Por supuesto que esta publicación sentó bastante mal en la dirigencia del Fatah y Abu Mazen no dudó en afirmar que esto traería graves consecuencias en el gobierno de unidad.
Pero, como puede ser entonces que nada haya pasado entre las partes? Ambos bandos esperan para intentar sacar lo mejor del presente conflicto. El Hamas por un lado cree que su violencia y su “heroísmo” (lanzar cohetes y asesinar israelíes inocentes) le traerá una gran popularidad en la calle palestina que podría traducirse en una victoria en las próximas elecciones. El Fatah por su parte disfruta de ser visto ahora más que nunca como la parte moderada y de reforzar su posición internacional, sirviendo como negociadores (junto a Egipto) entre Israel y el Hamas. Además, estas negociaciones podrían llevar a que el Fatah vuelva a adquirir el dominio sobre elementos importantes en la Franja de Gaza (gobernada por el Hamas desde el 2006) como los pasos fronterizos y el posible puerto marítimo que el Hamas pide que sea inaugurado.
Pero la realidad es que el Fatah es solo el tuerto que reina en el país de los ciegos y que trata de bailar en dos pistas al mismo tiempo. El Fatah no es para nada un movimiento político totalmente moderado y alejado de la violencia. El brazo armado del Fatah, la brigada “Mártires de al-Aqsa”, ha continuado publicando de forma constante llamados a los palestinos a levantarse contra Israel e incluso ha tomado responsabilidad por algunos atentados contra la población civil israelí. Abu Mazen vive en una realidad bipolar: frente al pueblo palestino se muestra como ferviente seguidor de la resistencia armada palestina y se preocupa por permitir a las brigadas de los Martires de al-Aqsa que continúen con sus actividades terroristas esto en concordancia con la calle palestina que ve en la resistencia armada un arma legitima contra Israel. Por otro lado, Abu Mazen se muestra frente al mundo como el moderado en este conflicto y por eso critica al Hamas por ejecutar a civiles palestinos, por secuestrar civiles israelíes o por cualquier cosa que adquiera demasiadas críticas a nivel internacional.
Abu Mazen juega un juego peligroso de ser el bueno, el malo y el incierto al mismo tiempo, realidad de la que el Hamas puede sacar partida y que puede ser realmente perjudicial para un futuro de paz y estabilidad en esta región. Si Abu Mazen está realmente interesado en su pueblo y no en su popularidad, debería salir contra el terrorismo y fortalecer la posición contra el Hamas, expulsándolos del gobierno de unidad debilitándolos así y abandonándolos en el plano internacional.