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miércoles, 16 de abril de 2014

Judíos de Venezuela



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Guillermo D. Olmo para ABC (texto adaptado por M. Garroté)  –  Vivir en Venezuela hoy día es difícil. Quizá un poco más para los judíos que residen en el país. A problemas como la delincuencia o la desorbitada inflación, se añaden para los integrantes de esta minoría las consecuencias derivadas de la retórica oficial « antisionista » que introdujo Hugo Chávez y que su sucesor Nicolás Maduro no ha rectificado.
David Bittan, presidente de las Comunidades Judías de Venezuela, explica que los judíos venezolanos están integrados, pero « hay un incremento del antisemitismo en los artículos que se publican en medios oficiales o en los que el Estado tiene participación, como Aporrea o Radio Nacional de Venezuela ». Bittan asegura que « aquí viven todavía supervivientes del Holocausto que temen que se vuelva a los años oscuros ».
Dina Siegel, directora para Latinoamérica del Comité Judío Americano, se expresa en términos mucho más contundentes que Bittan: « El antisemitismo ha sido utilizado como arma política para intimidar y para deslegitimar ».
Dina Siegel denuncia que « hoy por hoy continuamos evidenciando la expresión más cruda de retórica antijudía en medios oficiales ». En su organización creen que esta es una de las causas por las que en los últimos años muchos integrantes de la comunidad judía han decidido abandonar el país.
Para los judíos de Venezuela el temor es el de que esa acritud en el mensaje oficial termine por trasladarse a las calles, dado que el régimen bolivariano cuenta con una sólida base de apoyo entre amplios sectores populares. Hay un precedente especialmente preocupante, el del ataque a la sinagoga caraqueña de Tiferet, en 2009. El templo fue saqueado y profanado con pintadas ofensivas después de que Chávez ordenara la expulsión del embajador de Israel.
En noviembre de 2012, los participantes en una manifestación contra la actuación del Ejército israelí en la Franja de Gaza terminaron por arrojar cohetes al interior de la sinagoga caraqueña de Tiferet.
Para Carolina Chocrón, inmigrante de religión judía que vive en España desde 2003, este incidente revistió especial gravedad, porque, dice, « antes en Venezuela estas cosas no pasaban ; nunca en mi país te habían atacado por ser quién eras ». Para las decenas de miles de compatriotas judíos, pesa el hecho de los vínculos diplomáticos con países abiertamente hostiles como Irán.

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