Podría definir mi percepción acerca de la decisión de Las Vegas Sands de no acometer el proyecto de Eurovegas en España con una sola palabra: perplejidad.
Aunque no creo que pueda estar absolutamente cerrada la posibilidad de que finalmente pueda llevarse a cabo este proyecto, considero que hemos estado presenciando un combate con fuertes presiones en todos los niveles.
El gobierno español, en todo caso, ha demostrado un posicionamiento digno en el transcurso de esta aventura. Su firmeza evidenciada con el rechazo de las condiciones leoninas que solicitaba la empresa de Sheldon G Adelson es muestra de que se puede negociar, pero siempre con propuestas que radiquen en la sensatez y la racionalidad.
Lo que primeramente sorprendió a la opinión pública fue la exigencia de la posibilidad de fumar en los locales de juego. Algo que desde mi personal percepción tiene toda la lógica y que por supuesto que iba a ser autorizado. No estamos hablando de un centro cualquiera, estamos hablando de una zona en la que se lleva a cabo diversidad de juegos de azar. No es un local público de obligada visita, como un cine, un teatro, un restaurante... estamos hablando de un local al que se accede de manera totalmente voluntaria. Eso sí, quedaría por determinar qué elementos de protección debería aplicarse sobre los empleados de dichos locales, los cuales sí que están en los mismos por obligación devenida de la necesidad de conservar sus empleos.
Surgieron posteriormente exigencias acerca de la legislación laboral a aplicar sobre dichos los empleados del complejo. Con la propuesta de la empresa de aplicar a cada uno de ellos la legislación laboral vigente en su país de origen. Aquí el gobierno español podría haber introducido la contrapropuesta de un porcentaje mínimo (y muy alto) de empleados naturales de España. Por ejemplo, un 90% de españoles en la plantilla. Por supuesto estos amparados por nuestra legislación (la española).
En relación con el párrafo anterior, la modificación del Estatuto de los Trabajadores para alterar la ordenación jurídica laboral a su conveniencia, sólo tenía una posible respuesta: NO. Pero no es elemento que creo que haya pesado excesivamente en la decisión final de la empresa; a fin de cuentas los costes de personal sólo son una fracción de los gastos generales de una empresa.
La garantía de reversión de toda la inversión que se realizara, más las pérdidas que se pudiesen generar ante un posible cambio normativo, y una indemnización adicional, era absolutamente legítima por parte de Eurovegas ante la inestabilidad a la que nos tienen acostumbrados algunos dirigentes políticos más interesados en su sillón que en el progreso del país. No era descabellado que tras las graves críticas por parte de la izquierda contra este proyecto, un resultado electoral que los alzase al poder pudiese poner en gravísimos problemas toda la inversión realizada.
Asuntos como la concesión del crédito de 25 millones de euros por parte del Estado era algo seguro (de hecho es una cantidad equivalente a la que se regala a la ANP sin recibir a cambio más que influencia negativa en nuestra juventud y la amenaza del terrorismo en suelo español)
Otro aspecto era la libre disposición de suelo público en el área afecta al complejo. Cuestión que sin duda podría haber llegado de la mano de la reserva de suelo en cantidad suficiente. Aquí los únicos que hubiesen perdido son los especuladores que se hubiesen aprovechado de su cercanía a las instalaciones. Y si estos pierden no es un asunto que deba preocuparnos ante la mayor dimensión del interés general.
Otros temas como el libre acceso a ludópatas, o la instalación de las infraestructuras de acceso necesarias, o la entrada de menores, eran asuntos a perfilar... evidentemente no es admisible la entrada de niños de doce años en un casino, pero sí en el resto de instalaciones.
El asunto fiscal... sinceramente, prefiero no opinar sobre este aspecto. Porque desconozco con exactitud cuales eran las prebendas reclamadas por la empresa de Adelson. Sin embargo, posiblemente estuvieran en la línea de lo que podríamos considerar razonable dada la avidez depredatoria de nuestra agencia tributaria que no sólo para Eurovegas, sino para toda la masa empresarial española, debe corregirse en asuntos tan importantes como son las inversiones en bienes de equipo o en investigación, desarrollo e innovación (en español, I+D+i)
En fin... una oportunidad muy importante para España se pierde... por el momento. Porque, sinceramente... ¿No es el nuestro el mejor de los países europeos en el que instalar un complejo de esas características? Si no el mejor, sí uno de los mejores.
Una vez se consolide el proyecto de Eurovegas Sands en el área asiática, es muy posible que se vuelvan a plantear la opción europea. Y entonces es también muy posible que la opción española siga siendo la mejor, o una de las mejores.
¿Qué nos queda ahora? Lamentablemente hay un factor muy importante que en un país antisemita como España por ahora no ha salido mucho a la luz, y es la filiación de Sheldon G Adelson con el pueblo de Israel. Algo que le honra. Y que es indiscutible su tarea de mecenazgo tan importante para tantos jóvenes a través del programa Birthright Israel. Pero tarde o temprano será utilizado por malas inteligencias y gente de tenebrosa alma para mantener vivo ese lastre ancestral que tanta maldad mueve en este país al que, sin embargo, tantos sefardíes aman con sinceridad.
Y es que no todos los españoles somos malas personas. Y disculpenme por incluirme entre los que aman a Israel (pese a no haber tenido la bendición -por falta de medios económicos- de haber pisado nunca su suelo) y a su pueblo. Pero es la verdad que anida en mi corazón.
Así que sin pretenderlo Mr. Adelson, es posible que quienes trabajamos en aras del pueblo predilento del Eterno (B"H) tengamos un plus de animosidad que combatir a partir de ahora, en nuestra tarea de hasbará en estas tierras azotadas por la barbarie intelectual.
Pero...¿saben una cosa...? Estamos en el mejor de los equipos. Somos esos pocos que con fe y con determinación caminamos hacia adelante. No en vano la elección del nombre que en su momento decidí adoptar de cara a una conversión que lamentablemente cada vez veo más lejos... Gedeón.
Por fe y por confianza en el Eterno y Sus designios.
¡¡Adelante!!
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