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miércoles, 7 de agosto de 2013
LA CARA DEL ASESINO (SE CONFIRMA: EL NUEVO PRESIDENTE IRANÍ, ANTISEMITA PROFUNDO. NO SE ALEJA EL RIESGO DE GUERRA)
El sucesor de Mahmoud Ahmadinejad, Hasan Rohani, un reformista en el que el país tiene grandes expectativas, ha sido confirmado hoy en el puesto por el máximo líder del país, el ayatolá Ali Jamenei, tal como marca la Constitución. Mañana será investido en el Parlamento de Teherán.
Tras su elección el 14 de junio, este clérigo ha anunciado un cambio radical en el rumbo de Irán, sobre todo en los dos problemas centrales: la crisis económica y el aislamiento internacional. Irán espera que el nuevo presidente del país responda a las esperanzas generadas por su elección el 14 de junio.
La mayoría de los iraníes confía también en que Rohaní, un clérigo musulmán chií moderado apoyado por los reformistas del régimen, mitigue la presión social del sistema islámico sobre la población, que ha aumentado en los últimos cuatro años de gobierno del presidente saliente, Mahmud Ahmadineyad.
Tras casi tres años de escasa operatividad del Ejecutivo de Ahmadineyad, por su enfrentamiento con el líder supremo, Ali Jameneí, así como con el Parlamento y el Poder Judicial, Rohaní, que ha demostrado una mayor sintonía con ellos, tiene la posibilidad de ser más eficaz.
Pero para ello, deberá lograr que se suavicen las sanciones internacionales impuestas por EEUU y la Unión Europea que han estrangulado al sector financiero iraní y pretenden cortar sus exportaciones de petróleo para 2015, lo que ahogaría completamente la economía.
En el frente exterior, las posibilidades de Rohani de conseguir que Irán mejore sus relaciones con los países occidentales y de moderar las sanciones pueden enfrentarse a la suspicacia de Jameneí respecto a Estados Unidos y también a la de Washington frente a Teherán.
Rohaní ha repetido que quiere una "interacción constructiva" para mejorar sus relaciones con el mundo, incluido Estados Unidos, pero no con Israel, país al que Irán no reconoce y al que considera "una herida en el cuerpo del mundo islámico que debe ser eliminada". Israel, el país más beligerante con Irán, es el mayor enemigo de la República Islámica y también la principal fuente de presión internacional contra el régimen teocrático chií de Teherán. Rohaní también ha dicho que no habrá cambios respecto a la cuestión nuclear iraní, en la que las grandes potencias, agrupadas en el Grupo 5+1, reclaman a Irán que cese el enriquecimiento de uranio, mientras Teherán afirma que seguirá sus actividades atómicas con fines pacíficos.
En estas circunstancias, y pese al enorme entusiasmo popular que supuso hace mes y medio la elección de Rohaní, los eventuales efectos favorables de su presidencia, con toda probabilidad, no se manifestarán con rapidez.
La contención de la inflación, disparada en los últimos años, la construcción de viviendas accesibles para las clases más desfavorecidas y la reactivación de los sectores petrolero, industrial y financiero serán una labor difícil que llevará tiempo al Gobierno de Rohaní, que necesitará una mayor concordia exterior para lograrlo.
FUENTE: EL MUNDO
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