Todo el fundamento más interno del antisemitismo se puede sintetizar en una simple fábula:
Erase una vez un sapo que se revolcaba ,en el lodo del pantano, feliz . Un día vió a una chiquita y brillante luciérnaga .Pensó que no era justo que nadie fuese más esplendoroso que él y, tras tal ataque de envidia, saltó sobre la esplendorosa luciérnaga que iluminaba a todos. La tapó con su fétida panza .
Le atinó a preguntar la luciérnaga:¿ Por qué me tapas? Y el repulsivo ,envidioso y vago sapo, le respondió con otra pregunta: ¿Por qué brillas?
Los antisemitas son sapos vagos y envidiosos.
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